miércoles, 10 de abril de 2013

DIÁLOGO Y COMUNICACIÓN

Gracias a una conversación que se está dando en una publicación de Gremio Ecuestre, se ha creado algo que consideramos digno de ser analizado:
La eterna discusión entre aquellas personas que viven el mundo del caballo desde la infancia o de una forma totalmente intuitiva y aquellas otras que se documentan a diaro de estudios de otros.
Gremio Ecustre considera muy interesante este tema y se declara partidario de no romper nunca el diálogo entre las dos partes: No se puede ser buen profesional sin una observación personal y critica, sin un sentir a diaro cada experiencia y sacar algo en claro de ella, también hay que escuchar la tradición y lo que de ella hemos aprendido, tanto lo bueno como lo malo y tampoco se debería de dejar de escuchar a aquellos que también aprenden y muestran sus aprendizajes.
Desde Gremio Ecuestre, estamos convencidos de que todos queremos aprender y deseamos lo mejor para nuestros grandes amigos LOS CABALLOS y proponemos que sin dejar de discutir (prefijo dis- separación y cutir de "quatere" sacudir, es decir, sacudir las palabras para ver si el argumento está sólido) trabajemos más en el diálogo (dia: a través de y logos: palabra, es decir, participación común en la que no estamos jugando contra los demás sino con ellos)
El objetivo de Gremio Ecuestre es conseguir un entendimento entre todos los que formamos parte de él. LLegar a verdades y para ello nos vamos a servir de unas palabras de David Bohm, que nada tienen que ver con los caballos, pero que sin embargo, creemos que indirectamente les podrían ser de gran utilidad, si gracias a ellas se consigue una mejor comunicación entre aprendices y maestros:

"El movimiento de ida y vuelta de la información favorece la emergencia continua de un nuevo contexto común, en cuyo caso el diálogo puede servir, no sólo para hacer comunes ciertas ideas o ítems de información que ya son conocidos, sino también para hacer algo en común, es decir, para crear conjuntamente algo nuevo.

La comunicación sólo puede crear algo nuevo si las personas son capaces de escucharse sin prejuicios y sin tratar de imponerse nada. Cada participante debe comprometerse con la verdad y la coherencia, sin temor a renunciar a las viejas ideas e intenciones, y estar dispuesto a enfrentarse a algo diferente cuando la situación lo requiera.
El diálogo no ha de estar relacionado tanto con la verdad como con la coherencia del significado compartido. Si el significado no es coherente, no llegaremos a la verdad. Ese significado compartido es la ‘visión del diálogo’.

Bloqueos: ciertas preguntas desencadenan ciertas sensaciones fugaces de miedo (que nos alejan de determinados cuestionamientos) o de placer (que atraen a nuestro pensamiento y nos apartan del tema). No resulta, pues, extraño que uno se mantenga alejado de lo que crea que puede perturbarle y que, en consecuencia, en lugar de escuchar lo que dice la otra persona, no haga más que defender sus propias ideas.
La gente no suele tolerar fácilmente el cuestionamiento de sus creencias más profundas y suele defenderlas con una gran carga emocional.

El diálogo no se encuentra sometido a la presión de nuestras creencias sino también de todo lo que se encuentra detrás de ellas.
Las creencias que sostenemos influyen tácitamente sobre el significado global de lo que hacemos. Suspender la creencia supone prestarle atención, ponerla en suspenso, observarla detenidamente para entender su significado. No se trata de cambiar nada sino de ser conscientes.
La mejor actitud frente a una creencia o una opinión consiste en abrirnos a la evidencia de su posible falsedad.
Solemos experimentar el menosprecio de nuestras creencias como un acto de violencia que despierta también nuestra violencia.
Vemos a través de nuestras creencias y ellas se constituyen como un ‘observador’. El observador influye sobre lo que está observando y lo observado influye sobre él.
El verdadero objetivo del diálogo es penetrar en el proceso de pensamiento y transformar el proceso del pensamiento colectivo. Hay que prestar atención al proceso del pensamiento.
En el diálogo grupal no se habría de decidir nada. Se trata de vaciar el recipiente, sin tener ninguna obligación.

Pensamiento participativo: se participa de la misma energía del grupo. Este sigue actuando hoy. Lo ilimitado es el sustrato de todo.

La única forma de desarticular los problemas es pensar de otro modo. El pensamiento debe tornarse consciente de sus consecuencias.
Propiocepción: percepción de uno mismo. Prestar atención al impulso y a la intención que nos lleva a pensar. Cuando nos demos cuenta del significado de nuestras opiniones, podremos compartir un contenido común, aun cuando no estemos totalmente de acuerdo. Veremos que nuestras creencias no son tan importantes y compartiremos la toma de conciencia de nuestros significados y la verdad surgirá sola.

Convencer con palabras duras y persuadir con palabras suaves. Si alguien tiene que persuadirnos, debe ser porque existe alguna duda al respecto.

Cuando se ha ido más allá de lo que producía miedo, la inteligencia puede ponerse a trabajar."

Y para los que habéis llegado hasta aqui, sólo queda deciros,
¡Hasta pronto!
Gremio Ecuestre.